jueves, 18 de septiembre de 2008

La Fuerza de Cambio de los Vecinos

Qué decir sobre lo que puede pasar en términos de País, no sabemos exactamente, pero sí lo que puede pasar en un Municipio donde todos los vecinos luchan por un mismo ideal.

A comienzos de 2002, se produjo una crisis inédita en Venezuela -moral, económica, institucional, politica y social- que derivó en grandes movilizaciones populares que manifestaron su disconformidad y falta de representatividad.

Por primera vez en mucho tiempo vimos en las calles y avenidas de todo el pais grupos de vecinos con las mismas inquietudes e incertidumbres superando el no se puede y la costumbre de que nada se puede cambiar, lo que motivó la fuerza en común unión y por un mismo camino de Vecinos tratando de ordenar su lugar, esa gran casa en donde todos vivimos, y así lograr el cambio que todos queremos, para nosotros mismos, los nuestros y los otros; para todos los vecinos del Municipio "Modelo", aquel calificativo más declarativo y futuro que auténtico y presente.

Para eso también hay que pensar en los "justo a tiempo" que requieren las cosas para llegar a ser una realidad concreta y esta ilustración lo ejemplifica: No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonás, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente y saben esperar el momento adecuado. Se hace indispensable que el conjunto de la población de nuestro querido Municipio El Hatillo comprenda que estamos ante una posibilidad de cambio inédita. Existe una fuerza creciente, dispuesta a trabajar, plantando ideas con la fuerza, las ganas y la pasión para que ese cambio se cristalice. Será la única manera de hacer las cosas. Por todo eso y mucho más, Integración Vecinal es "la fuerza de cambio de los vecinos".

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